Componentes del autoconcepto

Para el Psicólogo humanista Carl Rogers el concepto de sí mismo se compone de tres factores diferenciados:
- La imagen de ti mismo, o cómo te ves. Es importante darse cuenta de que la auto-imagen no coincide necesariamente con la realidad. La gente puede tener una auto-imagen inflada y creer que son mejores las cosas de lo que realmente son. Por el contrario, las personas también son propensas a tener auto-imagen negativa y percibir o exagerar los defectos o debilidades.
- La autoestima, o cuánto te valoras. Una serie de factores puede afectar a la autoestima, incluso cómo nos comparamos con los demás y cómo responden los demás ante nosotros. Cuando la gente responde positivamente a nuestra conducta, somos más propensos a desarrollar una autoestima positiva.
- El Yo ideal, o cómo te gustaría ser. En muchos casos, la forma en que nos vemos y cómo nos gustaría vernos a nosotros mismos no coincide.

Hay varios factores que influyen en el autoconcepto:
- La motivación: Es la tendencia a reaccionar a una situación tras haberla evaluado. Debemos plantearnos el cómo actuamos y por qué, para no hacer las cosas simplemente por ansiedad o miedo.
- La idea de nuestro propio cuerpo: Está muy influido por las reacciones de los demás, la moda, los complejos... Es importante valorarnos en este aspecto de manera realista ya que mucha gente tiende a menospreciarse y a llevarse por ideales irreales, lo que origina baja autoestima e incluso problemas psicológicos, como los trastornos de alimentación.
- Aptitudes: Son nuestras capacidades personales como nuestra inteligencia o nuestras habilidades. Plantearse cuales son las aptitudes en las que destacamos es un buen ejercicio para mejorar nuestra autoestima.
- Las valoraciones de los demás: A la hora de valorarnos a nosotros mismos, damos gran importancia a lo que opinan los demás, sus halagos, el reconocimiento que dan a nuestros actos... Es bueno tener en cuenta estas valoraciones pero sin dejar de lado nunca nuestra propia opinión.